Todos hemos tenido una pérdida, una relación rota, una despedida temporal o definitiva, una tregua, un… vacío en el corazón.
¿Y qué pasa? Por qué no me enseñaste a extrañarte, por qué no me enseñaste a vivir sin ti, sin tu aliento, sin tus palabras, sin tus caricias, sin tu sonrisa, sin tus ocurrencias.
¿Y ahora cómo le hago yo?… tú estás bien, acaso eso espero, pero… y ¿si no?, o ¿será que soy yo quién no está bien?
Aún recuerdo aquel día, en que nos despedimos, fue un fuerte abrazo, sin palabras, sin nada que decirnos, sólo nos miramos y sólo dejamos que nuestros corazones hasta ahora entrelazados se dieran un último abrazo. Lo sabíamos, siempre lo supimos, pero lo habíamos olvidado, es eso, ahora entiendo, se me olvido que ya lo habíamos pactado, se me olvido que no iba a doler, y entonces ¿por qué duele tanto?
¿Y ahora cómo le hago yo?, pues bien, ¿de a poco en poco, o todo de un solo golpe?, todo de un solo golpe, así tal cual.
Ahora tú sin mí y yo sin ti, ahora somos nosotros mismos, antes fuimos tan sólo una parte de nosotros y ahora somos uno, sólo uno, ese es el secreto.
Tú me enseñaste a vivir contigo, pero nunca pensamos separarnos, y hoy, justo hoy llego el momento, ¿Y ahora cómo le hago yo? Así de un solo golpe
Cuando te vi partir, vi como una parte de mi se rompía, vi como el corazón dolía, un dolor verdadero, un dolor que pocas veces se siente, y sólo me dejé llevar, me dejé llevar sin resistirme, reconociéndome y respetándome. Me dejé llevar porque ahora era yo quién tenía que ver y redescubrir lo que me habías estado diciendo siempre, ahora somos uno, sólo uno, ese es el secreto.
Prometimos querernos los dos y para siempre, entonces, qué pasa ahora, ¿Y ahora cómo le hago yo? Prometimos estar siempre juntos. ¿Somos dos almas que se encontraron, o somos una sola alma en dos versiones?
La separación temporal o definitiva duele porque olvidamos que somos uno, sólo uno. Tú eres yo y yo soy tú, no hay más, y si tú estás bien, yo estoy bien. No puede ser de otra manera.
Extrañarte es creer que ya no estás, y ¿cómo no vas a estar?, si estás en cada amanecer, en cada paso que doy, en cada pensamiento, en cada latido de mi corazón.
Tú eres yo y yo soy tú, entonces no hay razón para extrañarte, es irreal, es absurdo.
Nos duele porque creemos que somos esa persona que vemos y tocamos, y no, no es así, somos una sola alma en dos versiones.
Éramos felices y no nos dábamos cuenta
¿Y ahora cómo le hago yo? Cuando empiezo a sentir que te extraño, solo voy al baúl de la imaginación y veo tu sonrisa y confío en que todo está siendo como debe de ser y vuelvo a mis ocupaciones, sabiendo que pronto volveremos a sonreír juntos.
¡Cómo te he echado de menos!