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Y si tan sólo debo de organizarme mejor.

Justo en Septiembre de 2019 fui invitada a realizar una conferencia y fue entonces que empecé a ver el futuro con otros ojos, me di cuenta que debía de iniciar a planificar la entrada a la 3ª edad. Y para eso era necesario tener un plan de acción a mediano plazo, pero ¿cómo lo iba a lograr?, el universo y su energía maravillosa me fue llevando por lugares tan inimaginables, por rincones de mi corazón que estaban ahí casi olvidados por lo que me hacían sentir, me senté y empecé a organizar las herramientas necesarias para poder enfrentar esa llamada 3ª edad, no muy lejana, pues entonces tenía 49 años. Y una de las herramientas que tuve que tomar, fue un posgrado que me llevaría por un viaje emocional para enfrentar todo aquello que no me había atrevido antes. A través de este posgrado fui realizando actividades y adquiriendo conocimientos hasta que llegué a ese gran día, cuando mi hija Sofía se convertiría en mi gurú, nunca olvidaré esa mañana de julio del 2020, cuando mi cabeza era una explosión de responsabilidades por cumplir.

Organízate Mejor fue la frase que me condujo ver dentro de mí para darme ese impulso necesario para tomar decisiones y cambiar lo que me generaba estrés moderado a intenso por estar viviendo limitada por mis creencias, apegos, miedos, rechazos, abandonos y demás fantasmas que hasta este día venía albergando sin darme cuenta.

Entonces ya dentro de un espiral sin salida, no me quedó otra opción que ver hacia dentro de mí. Tuve que empezar a estructurar una nueva forma de ver la vida y de dar pasos cortos pero firmes para lograr los objetivos hasta este día planteados. No podía creer cómo es que en los últimos 30 años, al menos, sólo me dedicaba a resolver asuntos urgentes, no importantes, pero si urgentes; se imaginan ustedes, 10,950 días, intentando apagar fuegos, lo que me había estado consumiendo lentamente y realmente no avanzaba mucho, pues lo importante seguía quedándose en la bandeja de “mañana lo reviso”.

Fue necesario sentarme y ver que tanto me perdía en el mundo obscuro de lo cotidiano y lo ordinario y no podía accesar al mundo brillante de lo excepcional o extraordinario. Y si tan sólo debo de organizarme mejor.

No tener una estructura de mi día a día, me fue llevando a caminar en un laberinto que no me llevaba a ningún lado que no fuera el inicio del mismo laberinto sin poder salir y subir de nivel, como subiría en algún juego de mi dispositivo electrónico.

Todos nosotros llevamos dentro un héroe, somos nuestro propio héroe, nadie vendrá a hacer por nosotros lo que por elección nos pertenece. Encontrar este héroe es más sencillo de lo que pude haber imaginado hasta este día, sólo se requiere estar en calma y redirigir nuestras acciones en  pasos bien estructurados y con una meta clara y objetiva.

Ese es el secreto, una meta clara y objetiva, a veces nos desanimamos por tener metas inalcanzables y sin un programa para cumplirlas.

Todos nosotros trabajamos para pagar deudas que se vuelven impagables, nos dormimos todas las noches esperando que el día de mañana sea un poco mejor que el anterior, -pero claro está que esto no sucederá sin nuestra intervención-, vivimos sin vivir, sin darnos cuenta que cada día es un día menos para lograr los objetivos trazados.

Ser nuestro propio héroe, entonces, ¿qué requiere de nosotros?, tomemos una libreta y un bolígrafo y empecemos a escribir dónde queremos estar el próximo año, -primero-, luego en 3 años, después en 10 años, hasta llegar a una edad avanzada, y escribamos qué es lo que nos impide llegar.

Al identificar que nos impide llegar, cuáles son esas pequeñas acciones cotidianas que bloquean nuestro avance, como si fueran pequeñas piedras que coloco día a día; se imaginan, ¡en un año habré colocado 365 piedras! ¡Eso es ya una pequeña muralla!, esas pequeñas acciones que iniciaron como algo imperceptible, ahora son un hábito difícil de romper. Rompamos viejos hábitos y refresquemos nuestros días con algo nuevo, pequeño, pero extraordinario. Y si tan sólo debo de organizarme mejor.

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